Aplique la térmica

El otro día me despaché sobre las patinadas verbales que venían de la Madre Patria. ¿Y por casa como andamos?
Caso A: Un vagón de subte porteño. Publicidad de una agencia , que para exhortar al supuesto interesado a usar sus servicios, le vocifera: «Aplique ya!» Aplique que? Una patada en el trasero del que pergeñó el aviso, quizás? No, se trata de una agencia que gestiona visas para radicarse en Estados Unidos, y que, probablemente para que nos vayamos ambientando, toma la solicitud del inglés (aplication) y crea un verbo spanglish, y en la propia capital del tango.
Caso B: Cuando hablamos de los inventos locales nunca nos acordamos de la «sensación térmica». Dicen que en Europa no se consigue. Pero, sabemos que significa la palabra «sensación»? Porque algún locutor criollo, canchero el hombre, nos dice: «Temperatura – 10, la térmica – 8″. Quiso decir la temperatura térmica, quizás? O la llave térmica?
En fin, del idioma sencillo, natural, al cocoliche. el camino está muy resbaladizo, y… «en todos lados se cuecen habas».

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